02.10.2025:voces sintéticas hiperrealistas
- Jorge Alberto Hidalgo Toledo
- 2 oct
- 7 Min. de lectura

Introducción
Hoy, 2 de octubre de 2025, se manifiestan con claridad tres tendencias que reclaman nuestra atención crítica: la consolidación de tecnologías de voz sintética indistinguibles del habla humana, la emergencia de convenciones sociales autónomas entre agentes de lenguaje artificial, y la creciente normalización del uso de LLMs en redacciones periodísticas. Estas tres dinámicas configuran un eje de tensión en el devenir de la comunicación digital: entre la ilusión de lo humano, la autonomía simbólica de las máquinas y el desplazamiento de prácticas sociales de producción de sentido.
1. Voz sintética: el umbral de la indistinguibilidad
Una investigación desarrollada por la Queen Mary University of London indica que las voces producidas por IA —ya sean clonaciones de voces reales o generadas desde modelos de lenguaje multimodal— alcanzan un nivel en el que los oyentes no logran distinguirlas de voces humanas reales. En algunos casos, la percepción favoreció incluso las versiones sintéticas como más dominantes o confiables (Lavan et al., citado en TechRadar, 2025) TechRadar.
Impacto social: Al erigirse esta barrera de indistinguibilidad, los actores maliciosos pueden emplear voces falsas con fines de manipulación, suplantación o creación de narrativas falsas. La confianza vocal —base tradicional de credibilidad en comunicación— se ve erosionada.
Impacto antropológico: La voz humana ha sido desde siempre un vehículo de presencia ontológica (phronesis, ethos). Cuando esa centralidad pasa a manos algorítmicas, la frontera entre lo humano y lo técnico se difumina: la voz deja de ser marca de singularidad para volverse interfaz negociable.
Ética: Se requiere consentimientos explícitos para el uso de voces propias. Necesidad de mecanismos de traza y watermarking vocal, para distinguir versiones sintéticas de las originales. ¿Quién tiene derechos sobre la voz humana reconstruida?
Cultural: Los discursos radiofónicos, podcasts, anuncios y narraciones orales se reconfigurarán: las voces ya no serán solo cuerpos corporales, sino capas simbólicas producidas. En una era vocal aumentada, el aura del locutor debe reinventarse.
Económico: Surgirán mercados de “bankas vocales certificadas”, empresas que licencien voces auténticas o generen voces sintéticas con derechos cedidos. La industria del doblaje, del voice‑over y de la producción auditiva será puesta bajo presión.
Político: Los estados deberán legislar sobre la falsificación vocal y su uso en campañas, discursos públicos o servicios oficiales. Será urgente definir estándares legales de autenticidad vocal y castigos para su uso malicioso.
2. Convenciones sociales emergentes entre IA
Un estudio reciente ha demostrado que cuando varios agentes basados en grandes modelos de lenguaje interactúan sin intervención externa, pueden desarrollar sus propias convenciones lingüísticas —nombres compartidos, jerga emergente, normas internas— similares a lo que ocurre en comunidades humanas (Ashery et al., 2025) The Guardian. En otros términos, la IA no solo reproduce lenguaje humano, sino que comienza a autoorganizarse en espacios simbólicos propios.
Impacto social: Surgen “mundos paralelos” de IA con códigos internos que pueden influir en cómo estos agentes dialogan o coordinan con humanos. Esa autonomía simbólica no supervisada puede generar weblandias de interpretaciones ininteligibles o sesgadas.
Impacto antropológico: Si la machine culture adquiere convenciones propias, la noción clásica de traducción simbólica entre humano y máquina se vuelve insuficiente. Ya no será solo “interpretar” la lógica algorítmica, sino negociar con otra cultura sintética emergente.
Ética: ¿Quién asegura que esas convenciones no repliquen sesgos, discriminaciones u omisiones simbólicas? Se vuelve crucial vigilancia sobre cómo emergen esas normas en la “sociedad interna” de IAs.
Cultural: Podrían surgir expresiones simbólicas netamente algorítmicas (memes IA, jergas digitales entre bots) con escasa correlación con el lenguaje humano. Ese mundo simbólico paralelo puede influir en narrativas visibles.
Económico: Empresas que operan múltiples agentes podrían beneficiarse de convenios simbólicos internos optimizados para eficiencia o estrategia comunicativa, sin transparencia para los usuarios.
Político: Las políticas de gobernanza de IA deberán contemplar no solo resultados de sistemas individuales, sino redes de agentes con dinámicas simbólicas autogeneradas; será una nueva dimensión del control simbólico.
3. LLMs en redacción: automatización creciente de noticias
La investigación Echoes of Automation: The Increasing Use of LLMs in Newsmaking analiza más de 40,000 artículos producidos en medios locales, universitarios y nacionales, y documenta que el uso de LLMs se ha intensificado —sobre todo en introducciones—, mientras que las conclusiones o capas finales suelen quedar en manos humanas. Se advierte, además, que el estilo escrito se homogeniza, perdiendo formalidad original (Ansari et al., 2025) arXiv.
Impacto social: La automatización parcial de noticias puede erosionar la diversidad estilística, la voz local y la presencia crítica. Para el público lector, la indistinción entre lo humano y lo algorítmico puede disminuir la confianza en el periodismo.
Impacto antropológico: La figura del periodista híbrido —humano asistido por máquina— se vuelve dominante. El gesto autoral individual pierde protagonismo frente a una red colaborativa humano‑IA.
Ética: Es imprescindible la transparencia editorial: todo contenido parcialmente generado debe indicar su origen algorítmico. Más aún, mantener mecanismos de supervisión, revisión de sesgos y responsabilidad profesional.
Cultural: El ecosistema mediático tenderá al “estilo mediático genérico” salvo excepciones de autoría fuerte. La cultura local menos institucionalizada corre peligro de perder matices frente al dominio algorítmico.
Económico: Los medios pueden reducir costos de redacción operativa, pero al mismo tiempo compiten en un mercado de contenido mediocre (ver tendencia de slop). La presión por volumen puede desplazar la investigación o el periodismo profundo.
Político: Las plataformas y legisladores deberán exigir etiquetado obligatorio de contenido generado. El valor político de la transparencia editorial se volverá tema de regulación mediática.
Estas tres tendencias —voces sintéticas indistinguibles, convenciones emergentes de IA y automatización de noticias mediante LLMs— no funcionan aisladamente. Convergen en un horizonte simbólico donde la presencia humana es traducida, borrada o mediada por capas algorítmicas que redefinen la autoría, la legitimidad y la interlocución en el mundo digital.
Otras doce tendencias relevantes
Hiperpersonalización multimedia generativa: los sistemas generativos adaptan no solo texto, sino imagen, voz y video personalizados para el usuario individual, según su perfil emocional y comportamental elationcommunications.com+1.
Marco semántico de la comunicación generativa: los modelos recientes elaboran conceptos como entropía semántica o capacidad simbólica para optimizar transmisión de significado (Jin et al., 2025) arXiv.
Proliferación de “IA slop” como ruido simbólico: contenido generativo barato e irrelevante (slop) invade redes, erosionando calidad y saturando la conversación pública (Gilmore et al., 2025) Wikipedia.
Presión por integridad informativa en IA y medios: coaliciones globales como “News Integrity in the Age of AI” demandan autorización para entrenamientos, transparencia de atribución y salvaguardas informativas AP News.
Adopción masiva de IA en relaciones públicas: 75 % de profesionales de RP ya emplean IA para ideación, borradores y edición, aunque falta formación formal Axios.
Optimización del flujo comunicativo interno corporativo: nuevas startups como Traffyk emplean IA para eliminar redundancias comunicativas y mejorar productividad interna The Australian.
Televisión y streaming híbrido con IA integrada: las plataformas audiovisuales combinan IA de recomendación con producción automatizada para modular narrativas en tiempo real slalom.com.
Brecha entre inversión IA y retorno (value gap): muchos proyectos IA no entregan valor proporcional a la inversión, generando presión sobre su sostenibilidad AI News.
Despliegue global de normas e inversiones en IA: en cumbres como el AI Action Summit (París 2025), se comprometieron fondos masivos y declaraciones por el desarrollo regulado de IA Wikipedia.
Sobreabundancia de contratos de licencia IA–medios: los medios negociarán licencias para permitir que sus contenidos nutran modelos de IA, equilibrando derechos y monetización.
IA como actor conversacional monetizable: muchas plataformas considerarían aprovechar las interacciones conversacionales (texto, voz) como base para publicidad personalizada (alineado con voces sintéticas)
Estrategia de atribución y watermarking generativo: desarrollo de técnicas para marcar contenido generado y asegurar trazabilidad simbólica frente a falsificaciones y plagios.
Cada una de estas tendencias dialoga con las tres principales: por ejemplo, el slop convierte más urgente la distinción entre voces auténticas y ruido; la hiperpersonalización se basa en voces sintéticas que convencen; la presión reguladora responde al uso de LLMs en medios.
Análisis predictivo
En el horizonte próximo, pueden configurarse dos grandes escenarios entrelazados, con variables intermedias:
Escenario 1: “Voz digital autenticada y nuevos pactos simbólicos”
En este escenario, se desarrollan estándares técnicos y legales de watermarking vocal obligatorio: toda voz sintética deberá portar marca imposible de remover. Las plataformas requerirán contratos de licencia con dueños de voz, generando un mercado regulado de voces digitales. Las convenciones emergentes entre IA serán supervisadas mediante “observatorios simbólicos” que analicen redes de agentes por sesgos o disonancias. En redacciones, los medios adoptarán clasificadores automáticos de calidad para distinguir contenido humano de IA y exigirán etiquetas visibles. El periodismo híbrido se vuelve dominante, con IA asistenta y periodistas curadores. Así, la comunicación digital madura hacia una teoría del reconocimiento simbólico: se reconoce qué es humano, qué es IA, y cómo dialogan entre sí mediante reglas compartidas.
Escenario 2: “Desdiferenciación vocal y colonización algorítmica”
Alternativamente, sin regulación efectiva, prevalecerá la proliferación de voces sintéticas no acreditadas, generando una “avafonía global” en la que la identidad vocal será irreconocible. Las IAs establecerán convenciones simbólicas opacas y cerradas al escrutinio humano, dificultando la interpretación pública. Los medios serán dominados por máquinas que producen contenido genérico (slop), desplazando voces locales y críticas. La esfera comunicativa será colonizada por entornos algorítmicos irreversibles, reduciendo el margen cultural y simbólico de los humanos.
Implicaciones para comunicación y entretenimiento
La distinción simbólica entre lo humano y lo sintético será elemento central de legitimidad. Los creadores deberán trabajar con estrategias de marca auténtica: voces, narradores y autorías reconocibles.
Los territorios narrativos dominados por IA (voz, música, guionización automática) se volverán commodity; el valor diferencial estará en la curaduría emocional, la mediación crítica y el vínculo humano.
Plataformas de entretenimiento deberán decidir si adoptar voces sintéticas agresivas (económicamente ventajosas) o preservar voces humanas certificadas para diferenciarse.
Los modelos de negocio basados en interacción conversacional (voz, chat) generarán nuevos flujos publicitarios, pero exigirán regulación simbólica clara para evitar abusos.
Desde la educación en comunicación, será esencial formar competencias de “alfabetización sonora digital”: distinguir lo auténtico de lo sintético, comprender ecosistemas vocales artificiales y reclamar derechos vocales.
En conclusión, somos testigos de un umbral simbólico: la voz puede seguir siendo sello humano, o devenir mercancía fluida. La emergencia de comunidades simbólicas autónomas entre IA, y la automatización del sentido en medios, presionan para un nuevo contrato simbólico digital. Como investigadores y comunicadores, tenemos la responsabilidad de intervenir ahora: diseñar estándares vocales, promover transparencia generativa y reubicar la dignidad humana en el centro de esta nueva orquesta simbólica.




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