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01.10.2025: regulación proactiva de IA y gobernanza estatal

  • Foto del escritor: Jorge Alberto Hidalgo Toledo
    Jorge Alberto Hidalgo Toledo
  • 1 oct
  • 7 Min. de lectura
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Introducción

En esta jornada del 1 de octubre de 2025 emergen con particular intensidad tres tendencias que condensan el pulso actual del ecosistema tecnológico-mediático: la promulgación de la Ley de Transparencia para IA de frontera en California (SB 53), la estrategia federal de EE. UU. orientada a “eliminar barreras” para el liderazgo en IA, y el uso estratégico de interacciones con chatbots para monetización publicitaria, como acaba de anunciar Meta. Estas tres dinámicas articulan una tesis: el cruce decisivo entre poder, vigilancia simbólica y diseño regulatorio se consolida hoy como eje estructurante de la comunicación digital.


1. Ley SB 53 de transparencia en IA de frontera

El 29 de septiembre de 2025, el gobernador de California promulgó la Senate Bill 53, conocida como “Transparency in Frontier Artificial Intelligence Act”, que ordena que los desarrolladores de modelos de IA de frontera —aquellos con elevados costos de investigación o potencial de impacto— publiquen sus protocolos de seguridad, informen incidentes críticos en un plazo de 15 días y garanticen protección a denunciantes, bajo sanciones de hasta un millón de dólares por infracción. Governor of California+3Vox+3The Verge+3


Impacto social: Esta medida refleja el reconocimiento de que la sociedad exige visibilidad sobre procesos que antes operaban en la opacidad algorítmica. El margen de confianza colectiva hacia modelos potentes ya no depende únicamente de promesas corporativas, sino de mandatos legales vinculantes.

Impacto antropológico: La norma convierte a la IA no en un agente oculto, sino en un objeto públicamente auditado; deja de ser “lo que sucede detrás del telón” para devenir un artefacto sujeto a intervención simbólica y discursiva por parte del público.

Ética: Establece estándares mínimos de obligatoriedad: no basta la autorregulación voluntaria. La exigencia legal de transparencia y reporte revela un cambio de paradigma: la supervisión externa se vuelve imperativa frente al riesgo de efectos sistémicos.

Cultural: La cultura mediática exigirá que los productos generados por IA vayan acompañados de capas de explicabilidad. Los contenidos, las recomendaciones y la generación creativa deberán inscribirse dentro de parámetros visibles auditables.

Económico: La norma puede aumentar los costos de cumplimiento para empresas emergentes, pero también legitimará aquellas que adopten transparencia desde su diseño. Podría emerger un mercado de auditoría y certificación de “IA transparente”.

Político: California se posiciona como laboratorio regulatorio que otros estados y naciones observarán. La SB 53 puede inspirar marcos estatales o federales que exijan divulgación activa de prácticas de riesgo en IA.


2. Agenda federal “Eliminar barreras” para el liderazgo en IA

Paralelamente, la administración estadounidense ha lanzado una estrategia marcada por su orden ejecutiva “Removing Barriers to American Leadership in Artificial Intelligence”, que revoca algunos mandatos anteriores y promueve un enfoque de impulso regulatorio laxo hacia la innovación en IA. Cimplifi+3The White House+3The White House+3

Impacto social: En el discurso oficial, la innovación sin freno se presenta como fuerza motriz del progreso colectivo. Sin embargo, ese énfasis implica riesgos de descentramiento del escrutinio ciudadano y desplazamiento del debate crítico hacia el diagnóstico ex post.

Impacto antropológico: Se promueve una narrativa de progresismo tecnológico, en la que la IA debe expandirse sin obstáculos. Bajo esta ecología discursiva, lo que se somete a cuestionamiento no es la lógica de expansión, sino sus efectos secundarios.

Ética: La tensión entre libertad innovadora y deber regulatorio cobra centralidad. Aunque el impulso pro‑innovación puede catalizar desarrollos, la ausencia de mediaciones preventivas deja el campo abierto a externalidades: sesgos, monopolios, impactos sociales no mitigados.

Cultural: En la esfera simbólica prevalecerá la figura del “pionero tecnológico” libre de frenos. La cultura empresarial reforzará el ideal de disrupción como valor central, incluso cuando el riesgo social no ha sido debidamente evaluado.

Económico: Las empresas de IA recibirán estímulos regulatorios para expandir sus infraestructuras, exportar tecnología y acelerar despliegues. La carrera hacia escala podría dejar fuera modelos más modestos o locales.

Político: Se configura un dilema institucional: ¿cómo armonizar la regla estatal (como SB 53) con una estrategia federal de liberalización? El juego de competencias entre niveles de gobierno se transformará en campo de disputa política central.


3. Monetización de interacciones con IA conversacional

Meta ha anunciado que usará los datos derivados de conversaciones con sus chatbots (texto, voz, imágenes) para personalizar publicidad y contenido en sus plataformas, sin opción de exclusión, salvo dejar de usar el servicio. Financial Times

Impacto social: Esta práctica normaliza que cada interacción conversacional con IA devenga en activo publicitario, borrando la línea entre conversación genuina y consumo mediado.

Impacto antropológico: La conversación con una IA deja de ser diálogo y se convierte en dato monetizable. La frontera entre interlocución y exposición comercial se difumina.

Ética: Surgen interrogantes sobre consentimiento informado, valor del dato conversacional, derechos del usuario a no ser transformado en producto sin retribución explícita.

Cultural: En el imaginario público, las IAs conversacionales dejarán de ser meras herramientas para volverse nodos de atención comercial. La cultura de la conversación digital se reconfigura como capital de mercado.

Económico: Meta extiende su modelo de negocio a IA conversacional como fuente de ingresos publicitarios permanentes. Se abre un campo de competencia para otras plataformas que exploten el “datos conversaciónales”.

Político: Los reguladores de publicidad digital y protección de datos deberán intervenir para definir hasta dónde puede monetizarse lo conversacional. Será imperativo conectar regulaciones de IA con regulaciones publicitarias.

Estas tres tendencias —transparencia regulatoria estatal, liberalismo competitivo federal y monetización conversacional— no constituyen frentes aislados: se entretejen en un mapa donde la comunicación digital se convierte simultáneamente en espacio de control, mercancía y legitimación simbólica.


Otras doce tendencias relevantes

  • IA basada en entidades regulables (entity‑based regulation): expertos proponen centrar la regulación no en modelos o usos aislados, sino en las entidades corporativas que desarrollan IA, guiando obligaciones por monto invertido en I+D o capacidad computacional. Carnegie Endowment

  • Multiplicación de leyes estatales de gobernanza de IA: durante 2025, cerca de 45 estados estadounidenses presentaron unos 700 proyectos de ley relacionados con IA; muchos ya aprobados. Goodwin Law Firm+2IAPP+2

  • Armas simbólicas nacionales frente a IA generativa: la decisión de Emiratos Árabes Unidos de prohibir imágenes generadas por IA de símbolos nacionales sin autorización ejemplifica la politización del contenido simbólico. The Times of India

  • Convergencia de plataformas sociales y video hiperescalable: las plataformas sociales de video compiten intensamente con estudios tradicionales por la atención del público, apropiándose del diálogo mediático. Deloitte

  • Producción remota en radiodifusión y medios: el uso de 5G, codificación IP y cadenas remotas optimiza la producción de eventos mediáticos con menor personal en sitio. TV Tech

  • Confianza creciente en la IA frente a salvaguardas insuficientes: un estudio global revela que la confianza en la IA generativa crece más rápido que el desarrollo de mecanismos de equidad, transparencia y responsabilidad. The Times of India

  • Presión regulatoria proactiva desde organismos globales: la OCDE exhorta a gobiernos a desplegar IA responsable para fortalecer eficiencia, efectividad y confianza pública. OECD

  • Estrategia china de gobernanza global de IA: durante la Conferencia Mundial de IA, China presentó un plan de 13 puntos para coordinar gobernanza de IA globalmente, buscando ejercer influencia normativa externa. ANSI

  • Retos republicanos contra regulación estatal de IA: un intento legislativo para prohibir que los estados regulen IA durante diez años ha generado resistencia de gobernadores y defensores de derechos digitales. The Guardian+2The Beckage Firm+2

  • Fuga del discurso regulador en el Reino Unido: el retraso en la normativa británica demuestra que decisiones legislativas están siendo pospuestas ante la complejidad del tema. The Guardian

  • Expansión del rol de la IA en administración pública: organismos estatales incrementan uso de IA en funciones decisorias, mientras la OCDE advierte que muchas iniciativas siguen en fase piloto. OECD

  • Impacto macroeconómico de la IA en políticas monetarias: el sistema financiero, como la Reserva Federal, considera que la IA puede reducir inflación al aumentar productividad, pero también generar disparidades en precios y empleo. Federal Reserve

Estas tendencias dialogan con las tres principales en distintos niveles: muchas regulaciones estatales buscan emular los estándares de SB 53, mientras la competición federal exige previsiones frente a la descentralización normativa. La monetización conversacional forma parte del ecosistema donde los datos de usuario serán objeto central de estrategias comerciales en plataformas sociales.


Análisis predictivo

La convergencia entre regulación proactiva de IA, liberalismo competitivo y monetización conversacional sugiere dos escenarios plausibles para el horizonte inmediato (6–12 meses).

Escenario A: “Governance híbrida y mercado regulado”Gobiernos como California inspirarán legislaciones similares en otros estados e incluso a nivel federal, impulsando un “capitalismo regulado de IA” donde las plataformas pueden expandirse, pero bajo obligaciones de transparencia, notificación de incidentes y auditoría cívica. Las grandes empresas, como Meta, podrían negociar regímenes de “data trusts conversacionales” para legitimar la monetización de diálogos con IA. En este marco, surgirá una industria de certificaciones de “IA ética comercial”, y los medios integrarán capas explicativas en sus contenidos generativos. La tensión entre crecimiento y rendición de cuentas marcará la agenda mediática.

Escenario B: “Oligopolio de opacidad regulada”Otro horizonte probable es que la liberalización federal propicie un desborde regulatorio: las grandes plataformas operan como quasi‑autoridades del ecosistema de IA, los estados quedan en disputa con la supremacía federal, y la transparencia será simbólica, con cumplimiento mínimo. Las interacciones con IA devendrán campo innominado de monetización masiva, sin mecanismos reales de control social. Los actores más pequeños quedarán excluidos de la capa simbólica dominante.


En el ámbito de la comunicación y el entretenimiento, el efecto estructural será profundo: las narrativas ya no se alojarán solo en feeds o pantallas, sino en la arquitectura regulada de plataformas de IA. Los creadores deberán enfrentar el desafío de insertar sentido en un entorno donde sus audiencias son vectores de datos monetizables, no meros receptores. El periodismo —en especial— deberá incorporar ingenierías de transparencia algorítmica como parte de su práctica habitual.

Hipótesis clave:

  1. La convergencia normativa entre estados generará un umbral mínimo de obligaciones (reportes, auditoría, transparencia), bajo el que ninguna plataforma podrá operar sin costos reputacionales.

  2. Las empresas emergentes de IA serán forzadas a adoptar “privacy by design” conversacional para competir frente a gigantes que ya monetizan el diálogo.

  3. El valor simbólico de la explicación generativa (capas auditables) se volverá criterio de credibilidad mediática: quienes no la ofrezcan perderán legitimidad cultural.

  4. Las disputas de competencia normativa entre niveles federales, estatales y locales serán el nuevo campo de batalla del poder digital.

La invitación es urgente: como investigadores, comunicadores y ciudadanos debemos anticipar estas dinámicas y participar activamente en su configuración. No basta adaptarnos a la regulación: debemos colaborar en su diseño, exigir claridad en la monetización del habla, y articular narrativas que reubiquen la dignidad humana en el centro de esta nueva arquitectura tecnológica.

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