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Del Big Brother al Big Sister. Cuando la data se regala “para bien”

  • Foto del escritor: Dr. Eduardo Portas
    Dr. Eduardo Portas
  • hace 6 días
  • 5 Min. de lectura

Por Eduardo Portas Ruiz // Profesor investigador del Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada (CICA) de la Universidad Anáhuac México


Cada semana, el futuro de la IA toma caminos que nos acercan con mayor fuerza a los cientos de productos culturales de ciencia ficción en donde la automatización cotidiana se vuelve el centro de la vida cotidiana.


En este futuro, el ser humano ha dejado de hacer labores que requieren sus capacidades físicas o mentales. En lugar, la Inteligencia Artificial hace el trabajo pesado o bien un robot realiza acciones de fuerza bruta o monótona que le son delegadas para que los seres humanos hagan lo que les plazca, generalmente algo relacionado al esparcimiento.


La compañía noruega-estadounidense acaba de dar un paso considerable a ese futuro. Hace unos días lanzó un impresionante video de su robot Neo, el cual está especializado en actividades del hogar como hacer la tanda de lavado de ropa sucia, meter los platos a la lavadora, abrir la puerta, o bien charlar con sus “amos”.


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El video es el paso más ambicioso que cualquier compañía ha dado en fechas recientes para hacer de la tecnología algo que cohabita con la humanidad.


Como muchas compañías enfocadas en la IA y la tecnología (Microsoft, Google, Amazon, etc.), la estética utilizada para 1X en el video trata de dulcificar la áspera máquina de acero, silicon y bits. Los colores son cálidos. El lenguaje audiovisual nos remite a lo hogareño.


Neo, el robot casero. O en México, para mejor referencia, Robotino.


Pocos minutos después de que el video se hiciera público, las críticas en la redes sociales comenzaron a subrayar lo obvio: Neo no es más que un esclavo de 20 mil dólares (o 500 mensuales) que promete mucho, pero entrega poco.


Un momento del video sobre el robot Neo de la compañía 1X. Fuente: YouTube.
Un momento del video sobre el robot Neo de la compañía 1X. Fuente: YouTube.

Las plataformas se incendiaron aún más cuando se viralizó un reportaje en video de 30 minutos del Wall Street Journal. En él, se observa al robot llevar a cabo algunas acciones de manera dificultosa, torpe, y francamente poco favorecedora para 1X.


En el reportaje se entrevista al noruego Bernt Børnich, fundador y CEO de 1X, el cual, cuando menos, admite que su robot no es perfecto. De hecho, el empresario afirma que la comprensión del comprador es esencial para perfeccionar el producto después de ser lanzado y llegue a los domicilios de los clientes.


Aún más grave fue la aseveración de que el robot necesita ser “calibrado” por un teleoperador de la compañía para que pueda operar correctamente en el domicilio del cliente. Esto se hace mediante los ojos de Neo, lo que significa, en pocas palabras, que una persona puede vigilar el interior de la casa y la intimidad del comprador en cualquier momento. Como puede esperarse, esto no fue muy bien recibido por las masas.


Bernt Børnich, fundador y CEO de 1X.
Bernt Børnich, fundador y CEO de 1X.

Pero a pesar de las tremendas críticas que se llevaron Børnich y su producto tanto en el anuncio del mismo como en el largo reportaje se encuentra una perla declarativa que, sin duda, avisora un futuro muy factible para la integración de la IA en buena parte de la interacción hombre-máquina.


Børnich le llama a esto “Big Sister” en oposición al autoritario y omnipresente “Big Brother” que se ha popularizado en los productos culturales de texto, radio, cine y videojuegos que lo pintan como un claro paso que no le convendría a ninguna sociedad que valora sus libertades.


El “Big Sister”, en cambio, sí puede ser benéfico para el colectivo, siempre y cuando las personas regalen su información para mejorar productos de cualquier índole por la promesa de obtener algo a cambio en algún futuro incierto. Así, el comprador se vuelve un Beta Tester perenne.


Algunos datos del robot Neo, el cual cuesta 20 mil dólares. Fuente: YouTube.
Algunos datos del robot Neo, el cual cuesta 20 mil dólares. Fuente: YouTube.

La nueva cultura del beta testing parecería un neologismo más de los muchos que brincan cada semana en las redes sociales. En este caso no y hay muchos nichos que la han abrazado con anterioridad: compradores de autos eléctricos como Tesla, gamers, especialistas del mundo de la computación, y prácticamente cualquier usuario de redes sociales. (Como nota al calce, recordemos que en algún momento no tan distante, millones de personas compraron un Teddy Ruxpin para tratar de charlar con un oso de peluche de manera bastante infructuosa o bien)


Este es el gran cambio que quedó inundado por miles y miles de personas que fustigaron el avance de 1X y que no alcanzan a vislumbrar que la cultura en la que están (estamos) en este momento tiene, como todas las previas, fecha de caducidad. Guste o no, cualquier analista serio acepta esto como uno de los pocos eslabones que son imposibles de romper desde el punto de vista histórico.


La visión subjetiva desde los ojos del robot Neo al hacer la lavandería. Fuente: YouTube.
La visión subjetiva desde los ojos del robot Neo al hacer la lavandería. Fuente: YouTube.

En palabras de Børnich:


“Creo que todas estas cosas de privacidad son siempre un contrato social donde se trata de cuán útil es el producto. Y soy un gran admirador de lo que llamo el principio del Big Sister / Big Brother, ¿verdad? La hermana mayor te ayuda y es como un intercambio. El hermano mayor solo está ahí para monitorearte y nosotros somos en gran medida la hermana mayor, ¿verdad? Entonces, dependiendo de cuánto quieras intercambiar, podemos ser más útiles y tú decides en qué punto de esa escala quieres estar”.


Después añade:


“¿Qué puede hacer Neo de forma autónoma? Puede hacer la mayoría de las cosas de forma autónoma, pero no necesariamente será con la calidad que deseas. Así que te daré un ejemplo. Una de mis cosas favoritas que hago en mi casa ahora mismo con mi Neo es que puedo sentarme en el sofá y estoy como relajándome por el día y leyendo y alguien llama a la puerta y digo: "Hola Neo, ¿puedes ir a abrir la puerta?" Y Neo va a abrir la puerta, la abre, saluda al invitado. Y aquí Neo está funcionando en modo compañero, no como lo teníamos ahora, sino que la IA está hablando. Y eso funciona muy bien. Y tal vez una de cada 10 veces Neo se embarullará un poco con la puerta y dirá, como, ‘esto no va bien’. Iré y diré, como, ‘Oye, Neo, da unos pasos hacia atrás’. Y el robot hace eso y digo, como, ‘Oye, Neo, inténtalo de nuevo. Abre la puerta’. Y ahora tal vez funcione. Por supuesto, esta es también la forma en que el sistema mejora, ¿verdad? Y estas fallas son en realidad algunos de los datos más útiles que tenemos para mejorar el sistema”.


El futuro, entonces, es uno en donde la tecnología cohabita aún con mayor fuerza. De manera lenta, pero segura, lo hemos hecho durante los últimos 40 años al depender cada vez más de las computadoras.


Ahora la frontera integra esas computadoras en aparatos que parecen humanoides. ¿Quién los usará primero para adaptarse a esta nueva e inminente realidad?


El promocional de 1X sobre el robot Neo se puede ver aquí


Y aquí el reportaje en video del WSJ


En X: @EduPortas

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